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sábado, 23 de junio de 2018

MIS EXPERIENCIAS CON LOS CONTACTOS (JOHN KEEL)

Observaciones de OVNIS, entrevistas con testigos, llamadas telefónicas de ovninautas, predicciones exactas de catástrofes. . . estos hechos llevaron a un destacado especialista del escepticismo a la creencia. 


Un año después de que había lanzado mi investigación sobre los OVNIS, yo estaba en cero. Mi teléfono sonaba y misteriosos extranjeros me llamaban día y noche para darme mensajes de "la gente espacial". Después me lanzaron dentro del mundo de pesadilla de la demonología. Tuve encuentros con cadillacs negros en Long Island y cuando traté de perseguirlos desaparecían en callejones sin salida. En 1967 me llamaban en medio de la noche para que fuera a "rescatar" a contactos en problemas. Objetos aéreos luminosos parecían seguirme como perros fieles. Los objetos parecían saber a dónde iba yo: a ir y dónde había estado. A veces verificaba en algún hotel y encontraba que habían hecho reservaciones a mi nombre. Yo estaba acosado por coincidencias increíbles. Más de una vez me desperté en medio de la noche para encontrar que no podía moverme y una enorme aparición estaba enfrente de mí.
Por un tiempo dudé de mi propio estado mental. Yo una vez fui el peor de los escépticos. Escribí un libro, Jadoo, que denigraba las leyendas místicas del Oriente. Pero cambié mis puntos de vista. Encontré muchos contactos silenciosos y se notaba que todos estaban sufriendo los mismos síntomas fisiológicos y psicológicos. A través de estos contactos, cuyas experiencias nunca han sido publicadas, entré en comunicación con los seres. Cuando un OVNI aterrizaba en una granja aislada y un ovninauta visitaba a un contacto, éste me llamaba inmediatamente y yo conversaba con el ser por teléfono, algunas veces por horas. Esto suena ridículo, pero sucedió. Mis notas, cuentas y otros materiales atestiguaban el hecho.
Ahora, en retrospectiva, veo lo que realmente estaba sucediendo, el fenómeno me introducía a aspectos que nunca había considerado antes. Me iban llevando, paso a paso, del escepticismo a la creencia. Cuando mi pensamiento se desviaba y mis conceptos se torcían, los acontecimientos me regresaban al camino correcto.
En mayo, 1967, los seres prometieron a los contactos silenciosos que una gran falla de la energía se aproximaba. El cuatro de junio de 1967 la guerra árabe-israelí estalló en el Medio Oriente. La siguiente mañana, el 5 de junio, sucedió una falla de energía en cuatro estados del noroeste de Estados Unidos. Más tarde en mayo, los seres habían declarado que el Papa Pablo VI visitaría Turquía en los próximos meses y sería sangrientamente asesinado y esto precipitaría los desastres. Semanas más tarde el Vaticano anunció que el Papa estaba planeando visitar Turquía en julio. El pánico cundió en los círculos secretos de los contactos.
Me quedé asombrado cuando descubrí que estos mismos rumores estaban oyéndose en la comunidad hippie de Nueva York. La gente empezó a telefonearme más tarde para preguntarme a dónde iba a ir el dos de julio. Yo no iba a ir a ninguna parte. Me rehusé a unirme al éxodo y Manhattan no se hundió en el mar.
El Papa no fue asesinado ese fin de semana, felizmente, pero yo vi varios OVNIS. Parecían seguirme, y en octubre tuve una llamada de larga distancia con uno que se decía ovninauta. Me advirtió que pronto habría un gran desastre en el río Hudson y que mucha gente se ahogaría. También me dijo que esperara un suceso desagradable cuando el presidente Johnson encendiera las luces del árbol de Navidad en diciembre, implicando que un enorme apagón se produciría en cuanto el presidente conectara el switch.
El 15 de diciembre el presidente Johnson llevó a cabo la acostumbrada ceremonia del encendido del árbol en la Casa Blanca. Puesto que yo estaba esperando un gran apagón, alerté a algunos amigos (que deben haber pensado que yo estaba chiflado) y se reunieron en mi departamento Dan Drasin, el productor de televisión y otro amigo que es oficial de policía. El presidente empujó el switch, el árbol se encendió y la multitud gritó de alegría. Todo salió según se había programado. Los sistemas de energía de la nación no fallaron.
Pero treinta segundos después de que el árbol fue encendido, un locutor de radio interrumpió las noticias con un anuncio de última hora: —Un puente entre Gallipolis, Ohio, y Virginia Occidental se han derrumbado —dijo sobriamente—. Estaba cargado de tráfico. Todavía no hay detalles sobre el accidente.
Yo estaba anonadado. Había solamente un puente en esa sección del río. El puente Silver entre Point Pleasant, Virginia Occidental y Ohio.
Paquetes de Navidad estaban flotando en las obscuras aguas del Ohio.

EL MUNDO TERMINO ANOCHE...

Unas pocas horas después del colapso del puente Silver, al otro lado del mundo, el primer ministro de Australia decidió ir a nadar a su playa favorita. Desapareció. Su cuerpo nunca salió a la playa. Los elementales lo habían predicho.
Algunas predicciones son increíblemente exactas, tan precisas que no hay factores de coincidencia o adivinanzas afortunadas, pero en otras, los ultraterrestres introducen a un bromista.
En 1965, Dino Kraspedon cuyo verdadero nombre era Aladino Felix escribió un libro titulado My Contact with Flying Saucers (Mi Contacto con los Platillos Voladores). Más tarde surgió como un profeta de hechura propia y advirtió de un desastre que tendría lugar en Río de Janeiro. Las inundaciones y desplazamientos de tierra azotaron un mes más tarde matando a 600 personas. En 1966 profetizó que un cosmonauta ruso moriría pronto y en el otoño de 1967 apareció en la televisión de Brasil para discutir el asesinato de Martin Luther King y del senador Robert Kennedy.

DISTORSION Y DISTENSION DEL TIEMPO 

Hay muchos ejemplos documentados en los que objetos y seres humanos han sido transportados instantáneamente a grandes distancias por una fuerza sobrenatural que desafía toda explicación. Esta fuerza parece operar fuera de los límites humanos del tiempo y el espacio. En teoría tales fenómenos podrían ser causados transformando los átomos de energía en un rayo trasmisible, proyectando ese rayo a un punto distante con la velocidad de la luz, y después reconstruyendo los átomos originales. Algunos científicos piensan que éste puede ser un proceso factible para nuestra floreciente tecnología.
Pero alguien más lo ha estado haciendo por siglos.
Algunos de los mejores libros sobre los OVNIS relatan casos en los que seres humanos fueron repentinamente trasportados por el tiempo y el espacio involuntariamente. Períodos inexplicables de amnesia total son un aspecto clave del fenómeno. He recibido más de cien reportes en los que los testi
gos han perdido de cinco minutos a varias horas después de avistar un objeto volador no identificado.
Hay otro tipo de experiencia que llamo comprensión. En ella, el testigo sufre una secuencia de eventos que parecen consumir un período específico. Después descubre que solamente han pasado unos cuantos minutos, aunque la secuencia pareció consumir horas. La comprensión de tiempo es común entre los contactos que piensan que han sido llevados a visitar otros planetas.
No creo que ninguna de estas personas sufre directamente de locura. La evidencia parece indicar que sus mentes son manipuladas por una influencia exterior y que algunas veces su intelecto es incapaz de digerir la información que se les da y su estructura emocional es incapaz de retener su estabilidad a la faz de estas experiencias. Por eso algunas de estas personas se desequilibran por la presión de los acontecimientos, o los malinterpretan.
Lo que esto realmente significa es que alguien o algo tiene en realidad el poder de poseer completamente y controlar la mente humana. Los seres humanos pueden ser manipulados con el poder que es usado para propósitos tanto buenos como malos.
¿Supone que el plan es procesar a millones de gentes y después en una fecha futura hacer uso de todos ellos a la vez? ¿Tendríamos un mundo de santos? ¿O tendríamos un mundo de maniáticos disparándose los unos a los otros desde todos los lugares de la Tierra?


(Reproducido de OVNI: Operación caballo de Troya, John A. Keel. Editorial V Siglos, México 1975).
Artículo publicado en la revista Contactos Extraterrestres (Vol. 1 No 1, 8 de Diciembre,1976)

Fuente: http://elsurdelgrantriangulo-pablo.blogspot.com

sábado, 16 de junio de 2018

Hace 60 años comenzaban los archivos X en Uruguay

La fundación del Ciovi, un grupo pionero de investigación en Sudamérica.

El 29 de abril de 1958 el Ciovi se reunió por primera vez. Foto: archivo El País

Hace 60 años un grupo de veinteañeros uruguayos formó una institución pionera en América del Sur en el estudio del fenómeno ovni. El Centro de Investigación de Objetos Voladores Inidentificados (Ciovi) se mantuvo activo durante prácticamente medio siglo. Y de hecho los dos sobrevivientes del grupo fundacional, Milton Hourcade (quien vive desde hace muchos años en EE.UU.) y Germán Vázquez, con 80 años en promedio, continúan atentos a lo que ocurre en el mundo con el fenómeno, que todavía es muy taquillero para Hollywood.

"Teníamos un interés juvenil de explorar algo que aparentemente estaba ocurriendo en el Norte y en otros lugares del mundo, y que era un gran misterio. En definitiva, después pudimos determinar que estaba un poco inflado y que en cierto modo se estaba usando para ocultar alguna que otra cosa que se estaba haciendo por ahí, como para distraer la atención. Además, estábamos incentivados por el cine de la época, que era nuestro hobby", comenta Vázquez a El País.
El 29 de abril de 1958, el Ciovi se reunió por primera vez. Lo que para muchos era una utopía, fue abordado de forma seria y metódica por este grupo de muchachos que más de una vez fueron tildados de "locos". Tan en serio se lo tomaron, que el sistema de investigación del Ciovi sería adaptado, años después, por la Fuerza Aérea Uruguaya, donde funciona, desde fines de la década de 1970, la Comisión Receptora Investigadora de Denuncias Ovni (Cridovni), que todavía hoy estudia casos de avistamientos y cada tanto emite comunicados explicando los fenómenos.

"Prendimos la mecha de algo que después se iría expandiendo y que se nos fue un poco de las manos, porque la cosa se hizo demasiado grande y nos vimos comprometidos a cumplir. Nos habíamos metido en un campo que poca gente conocía, tuvimos que partir prácticamente de cero. En esas épocas la mayoría de los grupos o de la gente que se dedicaba a eso lo hacían buscando trascendencia o algún tipo de beneficio personal. Desde el primer momento, cuando salimos por primera vez en la prensa, nos comprometimos a tener un enfoque serio. Tuvimos que elaborar métodos de investigación, formularios de registro y prepararnos en alguna que otra disciplina", recordó Vázquez.

El grupo original hizo después una convocatoria por radio para que ingresaran otras personas. Se fijó una reunión que se llevó a cabo en la Asociación Cristiana de Jóvenes, a la que concurrieron más de 40 personas. Al final, el Ciovi quedó constituido por un Consejo Directivo (que integraban los fundadores) y otro conjunto de interesados en el tema.

Primeros pasos

El grupo fue muy numeroso al inicio, pero al poco tiempo se decantó. A fines de los 50 y comienzos de los 60, era todo mucho más difícil.

"Si teníamos que ir a Artigas por un caso, había que hacerlo en tren o en algún avión que consiguiéramos, o en ómnibus que era más lento todavía. Todo eso nos demandaba muchísimo esfuerzo; hoy día, con lo que se ha avanzado en las comunicaciones, sería todo mucho más fácil", reflexiona Vázquez.

"Quedamos poco más de diez personas, que estuvimos trabajando en el tema por más de 20 años. Nos complementábamos muy bien, porque cada uno de nosotros tenía una especialización distinta. Fuimos a todos los lugares que había que ir, entrevistamos a toda la gente que veía cosas, y arrancamos de cero, porque no había criterios de investigación en Uruguay y prácticamente en América tampoco. Creamos nuestros propios sistemas de investigaciones, nuestras fichas, e hicimos contactos dentro y fuera del país", recuerda.
Hoy quedan dos sobrevivientes de aquel grupo fundacional: Milton Hourcade y Germán Vázquez. Foto: archivo El País
"También creamos un Consejo Consultivo en el que participaban técnicos de distintas áreas. Por ejemplo, si el caso ameritaba consultar a un especialista en aviación, lo hacíamos. Si encuadraba dentro de lo que podía ser un fenómeno meteorológico, recurríamos a un técnico específico. Si había marcas o huellas, consultábamos a la Facultad de Agronomía", añade. Y recuerda que "de cada 100 casos que investigábamos en Uruguay, 99% eran explicables. Y el restante 1% quedaba con el rótulo provisorio de Ovni, es decir, Objeto Volador No Identificado".
La seriedad en el abordaje del tema, a diferencia de algunos "cuentamusas" que vivieron explotando el fenómeno, fue una característica del Ciovi durante toda su existencia. Milton Hourcade publicó 50 años después, como resumen de toda una vida de dedicación al tema, el libro Ovnis, la agenda secreta, una investigación que según la opinión de Vázquez "no se vende porque es seria y no habla de imaginaciones".
Imagen fraudulenta, un ovni ingresando a los bañados de Rocha (“armada” con un tapón de goma, un alambre y algo de arena mojada). Foto: archivo El País
SIGLO XX
La euforia y el negocio en torno a los "marcianos"

Cuando se le pregunta al exintegrante del Ciovi Germán Vázquez si existen los alienígenas, no duda al responder: "Es muy probable que existan, eso para mí es un hecho casi innegable. Pero sobre contactos y abducciones, por ejemplo, no hay nada probado".

El mito de los "platillos voladores" comenzó en Estados Unidos el 24 de junio de 1947, cuando el piloto civil Kenneth Arnold avistó desde su avioneta nueve objetos reverberantes que, velozmente, "picaban" y subían entre los picos de Mount Rainier, en el estado de Washington.

Un mes después del avistamiento de Arnold, el llamado "incidente Roswell" sacudió al mundo. En las cercanías de Roswell, en Corona, estado de Nuevo México, el 3 de julio de 1947 un objeto desconocido explota produciendo extraños escombros en una finca rural. La prensa publicó que había caído un plato volador, aunque después el gobierno salió a desmentirlo. Se han escrito muchos libros y rodado películas sobre los presuntos sucesos, tanto novelas de ficción como informes serios y elaborados. Y en Roswell todo gira en torno a los ovnis y los extraterrestres, como en Orlando ocurre con Mickey Mouse.

El mito de la estancia La Aurora de Paysandú

Una noche a mediados de la década de 1970 un estanciero de Paysandú salió de su casa creyendo que el gallinero se estaba incendiando. Se dirigió con sus hijos hacia el lugar y vio que las aves estaban a salvo, pero alborotadas porque un viejo ombú estaba en llamas. Aparentemente, había un perro muerto y otras señas curiosas en el terreno, como un generador de electricidad quemado y un conjunto de cables retorcidos. Todo hacía suponer que la caída de un rayo había causado tal desorden. Pero según narraron el hombre y sus hijos después, algo absolutamente fuera de lo normal había ocurrido: una fuerte luz pendular de unos tres metros de diámetro descendió del cielo para, segundos después, ascender verticalmente e introducirse en otra de mayores dimensiones con forma de triángulo isósceles. Se dice que mientras la luz se alejaba, ocurrió un apagón en la ciudad de Salto, ubicada a diez kilómetros de distancia.

El mito de la estancia La Aurora, ubicada entre Salto y Paysandú. Foto: archivo El País

El estanciero en cuestión era Ángel María Tonna y su estancia La Aurora, una propiedad que se transformaría pronto en una auténtica romería extraterrestre.

Según los exintegrantes del Ciovi, este hecho que durante décadas se asoció a los extraterrestres y a los platillos voladores nada tiene que ver con el fenómeno y la posibilidad de vida inteligente en otros planetas.

Fuente: www.elpais.com.uy

martes, 12 de junio de 2018

“Si no se nos parecen en nada, sería muy difícil entender un mensaje extraterrestre”, dice la lingüista Itziar Laka

El primer contacto es un clásico de la ciencia ficción: nos encontramos con otra especie inteligente y establecemos comunicación con ella. Al lego le parece obvio, pero a Itziar Laka, catedrática de Lingüística y directora del grupo de investigación La Mente Bilingüe en la Universidad del País Vasco, no. Hace unos días presentó en Bilbao La llegada, la película de Denis Villeneuve en la que una lingüista se enfrenta al reto de descifrar un lenguaje alienígena, en la segunda sesión del ciclo de cine y ciencia Ahí fuera, organizado en el Azkuna Zentroa por la Filmoteca Vasca y el Donostia International Physics Center.
– ¿Entenderíamos un mensaje extraterrestre?
– Depende de cuánto se nos parecieran sus emisores.
– Es muy posible que poco, porque nosotros somos un producto de la evolución en este planeta.
– Tienen que parecerse a nosotros un poco para, primero, concebir la comunicación como nosotros. Si se trata de formas de vida que no tengan que ver ni con el carbono, puede que no entendiéramos jamás sus mensajes. Y a ellos les podría pasar lo mismo con los nuestros. Todo depende de cuánto compartamos.
– ¿Y si somos completamente diferentes?
– Si no compartimos nada, si no se nos parecen en nada, creo que sería muy difícil, muy difícil.
– ¿Podríamos estar siendo bañados por mensajes extraterrestres y no detectarlos porque su tiempo es diferente…?
– … O porque no podemos siquiera percibirlos. Aquí hay dos cosas. Una, darte cuenta de que algo es un mensaje, lo que ya tiene mucha miga, y otra entenderlo. Si no nos parecemos en nada, incluso no nos daríamos cuenta de que hay un mensaje.
El canto de los pájaros
– En películas como ContactEncuentros en la tercera fase y La llegada, la comunicación es fácil.
– Es que en esas películas son los alienígenas los que quieren comunicarse con nosotros. Entonces, asumimos que han hecho un esfuerzo previo para entender nuestro sistema de comunicación.
– En nuestro caso, no hemos descifrado el lineal A cretense, y lo inventaron humanos como nosotros.
– Eso es una forma de escritura y descifrarla es trabajo de los filólogos, no de los lingüistas. La tarea del lingüista sería describir la lengua en la que está escrito el lineal A. Iría adonde vive esa gente y haría trabajo de campo para conseguir una descripción de esa lengua. De todos modos, al hablar del lenguaje solemos dar por sentadas muchas cosas.
– ¿Por ejemplo?
– ¿Qué es lo que hay en el planeta que, por su forma y naturaleza neurocognitiva, más se parece al lenguaje humano? El canto de los pájaros. Imagínate que te pusieras a descifrarlo. Descubrirías que, como el lenguaje humano, combina elementos discretos para formar otros más grandes -que son como sintagmas o frases , hay temas y se van repitiendo. Si me pongo a intentar descifrarlo y doy por cierto que va a tener palabras, les buscaré un significado, pero el canto de los pájaros no funciona así.
– ¿Cómo funciona?
– Es una especie de sintaxis sin semántica. Solo sirve para decir que estoy muy sano, este es mi territorio, que vengan las hembras… Y no como lo estoy diciendo. ¿Es un sistema de comunicación? Sí. ¿Tiene alguna de las propiedades del lenguaje humano? Sí. ¿Qué le falta? Un significado paralelo al humano. Hay una mutación en el gen FoxP2 que tenemos los pájaros canores y nosotros, pero no los chimpancés. Esa mutación nos hace capaces de procesar y producir rápidamente sonidos que son de una dificultad de articulación brutal.
– Con los pájaros, los delfines y los chimpancés tenemos una historia evolutiva común…
– Los pájaros, los delfines, los chimpancés y nosotros estamos hechos de la misma pasta. Compartimos algo y aún así es difícil. Con un chimpancé nos podemos comunicar con vocalizaciones, aunque no entenderá si le digo: “Mañana no voy a estar contigo”. Pero es que tampoco él puede comunicar eso.
– Si nos vamos a otros mundos, puede que sus habitantes perciban la realidad de otro modo.
– Si un alienígena no tuviera ojos, ya tendríamos un problema. Damos demasiadas cosas por supuestas. En La llegada hay un momento en que la lingüista se da cuenta simplemente de que tomamos turno. Es algo que damos por sentado. Fíjate en cómo hablamos los humanos: yo estoy hablando un rato, tú estás otro rato; yo estoy un rato, tú estás otro rato… No concebimos otra manera de comunicarnos, pero podría haber alienígenas que conversaran simultáneamente. En La llegada, además, los calamares son realmente distintos de nosotros y perciben la realidad de un modo completamente diferente.
– Carl Sagan y otros ven en las matemáticas y la física la piedra Rosetta de la comunicación con inteligencias extraterrestres.
– Con todo el respeto del mundo, me parece un poco arrogante pensar que, como esos campos describen fenómenos que presumiblemente son generales al Universo, la manera en que nosotros concebimos y explicamos esos fenómenos tiene que ser común a todas las especies inteligentes.
Fuente: http://magonia.com/

miércoles, 6 de junio de 2018

España: El increíble encuentro con un humanoide, en Punta Carnero

CÁDIZDIRECTO/Jose Manuel García Bautista.- Una de las zonas más activas en la provincia de Cádiz, en materia OVNI, es Algeciras, donde los No Identificados han dejado buenas muestras de su presencia con el alto grado de extrañeza que implica. Hoy les quiero llevar a conocer  un caso muy importante que se dio en Punta Carnero.



Sucedió en 1966 y su protagonista sería un médico conocido, el doctor Rivera, que tenía su consulta profesional en Algeciras. Aquel caluroso día “algo” le impulso, le obligó, a dejar la consulta y salir en su moto para hacer unas fotografías pues era un gran aficionado a ella.
Con la inquietud en el cuerpo por aquel extraño impulso conducía en dirección a Punta Carnero, eran las 16:00 h., hacía mucha calor, un silencio extraño reinaba en el lugar y se dejó llevar, conducía su moto sin rumbo fijo hasta llegar a una zona determinada, un punto en el bosque, siguiendo aquella polvorienta carretera, donde se iba a encontrar con lo imposible.
En una zona determinada aparcó la moto, en mitad de aquel sitio siente que hay “algo” en torno a él,  estaba en alerta, sentía “algo”, pensaba que algo podía pasar pero, a la vez, es consciente que no hay nadie, que está solo pero le extraña que es ese impulso que lo ha llevado hasta allí.
El doctor Rivera tomó nuevamente su moto y avanza unos cientos de metros, pero siente que algo lo está vigilando, él se va girando poco a poco, cada tramo en el trayecto, llega un momento en el que detiene la moto intranquilo por la situación; en ese momento puede ver una figura imposible, era como una especie de sombra negra, se desplazaba como “de puntillas”, lentamente… Rivera creía que podía ser un niño pero ese “caminar” como flotando no era normal.
Aquel ser no estaba demasiado lejos del impresionado doctor, puede verlo perfectamente y hacer un retrato robot. El extraño ser humanoide era deforme, de 1,20 metros de estatura, negro -llega a pensar que era simiesco simio-,  de nariz aguileña, cabeza grande, brazos largos, anormalmente largos… Y entonces, mientras está viendo a ese ser, comprueba que está paralizado, que apenas se puede mover…
El humanoide se mete en la espesura del bosque y Rivera sale corriendo tras el ser, lo persigue y observa, lo ve de espaldas, se desplaza de una forma extraña y esquiva los árboles. El doctor siente miedo y piensa que, quizás, sea un humanoide que lo lleva a un lugar para atraparlo, una trampa en la que está cayendo, está aterrorizado por la situación y la vivencia. Por todo ello deja de perseguirlo y regresa tras sus pasos, en ese momento algo le sorprende: siente un sonido y ve una esfera, algo luminoso por donde está el ser negruzco.
El doctor toma su cámara y realiza dos fotografías, una de ellas capta una luz que se corresponde con el fulgor que él mismo ha descrito. Nunca se supo que sucedió aquel 26 de agosto de 1966 en Punta Carnero y que nuestro testigo, el doctor Juan José Rivera, jamás olvidará.

*Recreación del humanoideJosé Antonio Caravaca.

Fuente: https://www.cadizdirecto.com

martes, 5 de junio de 2018

El punto de vista científico. Exposición de la Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (CEFAe)

El 14 de abril pasado en el ciclo de charlas organizado por el grupo “Laboratorio Cero” disertó el Com. (R) Rubén Lianza, jefe de la Comisión de Estudio de Fenómenos Aeroespaciales (CEFAe) de la Fuerza Aérea Argentina.

No es la primera vez que ocurre el acercamiento entre estudiantes y la CEFAe. El Laboratorio Cero es un curso-taller dictado por la gerencia de Investigación y Aplicaciones de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) con el soporte de la Escuela de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de San Martín y la colaboración del Instituto Sábato. Por otro lado, la CEFAe se encarga de organizar y coordinar en forma metódica la investigación de las posibles causas de los avistamientos de objetos no identificados dentro del aeroespacio nacional. Además, elabora cuidadosos informes sobre los mismos cuyos resultados son publicados en un informe anual de carácter público.
El Com. Lianza expuso en detalle el método sobre el que trabajan desde la Comisión para darles resolución a estos avistamientos. Por eso su interés en contar a los asistentes que la metodología que proponen es científica: consta de definir el problema, identificar un fenómeno inicialmente no identificado, plantear la investigación, recolectar la información, analizarla y presentar los resultados.
Existen según el especialista al menos siete explicaciones de diferente origen, como por ejemplo, los reflejos externos o internos del lente; partículas sobre ese mismo lente, problemas de la cámara con que se toma la fotografía. O sea, ópticos. Después, están aves, insectos que forman ilusiones frente a la cámara y que con ayuda del software adecuado se pueden ver con nitidez, otras fotografías simplemente pueden verse caídas de meteoritos, estrellas, etc. A veces, hay imágenes donde se comprueba que es la propia Luna o Venus; vuelos de globos experimentales y otro fenómeno muy común –que se identifica- es el reflejo del sol en espejos de satélites. Para todos ellos, la CEFAe trabaja con el equipo adecuado investigando e identificando tales fenómenos. En palabras del propio Lianza, la mayoría “resultan ser interpretaciones honestas pero erróneas de causas ordinarias” aunque resaltó el hecho de poder identificarlas y no hacerlo a puertas cerradas para que no se genere más misterio sobre este tema.
En el marco de la Feria Internacional del Aire y del Espacio (FIDAE), comentó Lianza que tuvo el honor de exponer frente a un comité del país transadino, denominado CEFAA. El planteo era que ciertos fenómenos anómalos pudieran llegar a interferir en el tráfico aéreo regular. El comodoro afirmó que se procede –en su opinión- erróneamente en la dirección del enfoque del análisis, pretendiendo explicar posibles efectos del fenómeno en el tránsito aéreo sin conocer primero su naturaleza (si es: sólido, gaseoso, etc). A este respecto, aclara el comodoro: “Primero, hay que caracterizar a los fenómenos aéreos anómalos, luego ver sus propiedades y recién después ponernos a hablar sobre la forma en que podrían poner en riesgo la seguridad de las operaciones aéreas; el planteo de CEFAA (heredado de Richard Haines, EEUU) va exactamente en sentido contrario: especulan sobre la seguridad del tránsito aéreo sin conocer absolutamente nada sobre la naturaleza del fenómeno aéreo anómalo”. De hecho no hay un solo país del mundo que haya afirmado oficialmente que estos fenómenos constituyan un riesgo para la seguridad de las operaciones aéreas.
Asimismo, afirmó que la mayoría de los ufólogos saben que un 98% de los casos son producidos por causas conocidas, quedando un residuo del 2% de casos no resueltos que ellos vienen utilizando desde hace décadas como argumento demostrativo de que nos visitan objetos voladores extraordinarios, cuando en realidad, un caso no resuelto no es nada más que un trabajo no terminado, que no es garantía de nada: ni de causa ordinaria ni extraordinaria.
Dado el ámbito académico donde disertó Lianza, y más allá de tener en cuenta otros temas, como la denominada “chatarra espacial”, los alumnos hicieron interesantes preguntas, que creemos dieron por tierra todo procedimiento que investigue sin pruebas, testimonios valederos, ni que niegue resolución a los denominados OVNIS.