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viernes, 4 de octubre de 2013

EDITORIAL de la revista "Ovnis, un desafío a la ciencia", N° 4

EDITORIAL de la revista "Ovnis, un desafío a la ciencia", N° 4, Ed. CADIU, Córdoba, Ar., nov.-dic. 1974, escrita por el Dr. Oscar A. Galíndez.


LA PRUEBA FOTOGRAFICA

El asesor fotográfico del Comité Nacional de Investigaciones sobre Fenómenos Aéreos de los Estados Unidos (NICAP), Mr. Ralph Rankow, reconoce acertadamente que "como cualquier fotografía de UFO puede ser trucada, ninguna puede aceptarse ­por clara que sea- como prueba de la realidad de un objeto, sin un testigo de confianza"(1)
La apreciación precedente es muy cierta, ya que la prueba fotográfica es la evidencia más endeble con que puede contar el analista científico. Hay personas de grandes conocimientos técnicos que pueden realizar montajes fotográficos capaces de resistir por mucho tiempo el examen crítico de los expertos. "Sin un testigo de probidad, cualquier documento de este género -y supuestamente auténtico- sólo debe aceptarse con grandes reservas.
Somos bastante reacios a insertar en nuestras páginas estos pretendidos elementos probatorios, salvo que los mismos estén acompañados por un detallado Informe sobre el estudio técnico de los negativos. Y aún así, ese análisis sólo mostrará una encomiable preocupación científica del grupo de que se trate, pero sus conclusiones a favor de la realidad de la captación ­si las hubiera- sólo tendrán un valor meramente subjetivo.
Creemos que se hace mucho daño a la investigación seria del fenómeno cuando se promociona la temática -aún con la mejor buena fe o intención- en función de repertorios fotográficos que -muchas veces espectaculares- acrecientan las dudas en torno a la autenticidad de todo el espectro fenoménico. Hay otros aspectos probatorios más sólidos de] problema (v.gr.: las evidencias físicas) que merecen ser profundizados en aras de posibilitar un avance considerable de la Ufología.
La fotografía recién se incorporará al nivel de las grandes pruebas físicas del fenómeno Ovni si algún día los gobiernos -tomando debida conciencia de su importancia científica- emplazan redes de rastreo con instrumental de alta precisión. El científico americano D. Herbison Evans -por ejemplo- ha sugerido la utilización de dos simples artefactos destinados a ese fin (2). Los mismos consisten en una parrilla transparente de difracción para reproducciones y una pieza de celuloide polarizado. A su criterio, si se pudieran observar o fotografiar objetos luminosos a través de esa parrilla, sería posible obtener alguna idea de la temperatura y composición del fenómeno. Incluso se podría diferenciar entre simples reflexiones luminosas y objetos concretos mediante un mecanismo rotatorio del celuloide.
Pero en todos los casos las posibilidades de éxito no son muy alentadoras. El experto en electrónica del observatorio de Dearborn, Estados Unidos, W. T. Powers, aludiendo a la necesidad de establecer una red de vigilancia fotográfica con aparatos automáticos, ha advertido que sólo las secuencias a corta distancia pueden proporcionar datos útiles, ya que las cámaras para meteoros están programadas para campos de visión de decenas de kilómetros de altitud, donde aquellos son más fácilmente observables. Sugiere cámaras de cobertura total equipadas con un espejo convexo para fotografiar 180° del cielo (la bóveda de horizonte a horizonte), pero adaptadas para 1.500 metros en adelante. Deberían estar localizadas no más de 10 kms. entre una y otra, y preferentemente menos (3).
Coincidiendo con tales apreciaciones, la Universidad de Colorado reconoció que la red Smithsoniana está diseñada para detectar objetos astronómicos brillantes a elevadas velocidades angulares. No debe sorprender -entonces- que el 100% de los registros correspondan efectivamente a tales cuerpos astronómicos. Toda futura investigación que pretenda utilizar esa red para el estudio de los Ovnis debe procurar superar las limitaciones de la misma (4).
Mientras tanto, las supuestas fotografías de Ovnis tomadas con cámaras no automáticas seguirán ofreciéndonos un apreciable margen de duda. La honestidad científica exige mesura. Practiquémosla.


El Director

CITAS BIBLIOGRAFICAS
1) Ribera A. y Farriols R. "Un caso Perfecto", Pomaire, Barcelona, 1969, p. 26
2) "Science", U.S.A., vol. 161, N9 3848, 27-9-68, p. 1297.

3) Powers; W. T. "Photographic surveillance for UFOs, is it feasible?", FSR, enero-feb., 68, p. 14.
4) "Scientific Study of Unidentified FIying Objects" , Bantam Books, 1969, p. 773.

Fuente: http://mitosdelmilenio.com.ar

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